Como seres humanos, nuestra capacidad para reconocer cosas comienza a una edad muy temprana, prácticamente tan pronto como nuestros ojos son capaces de enfocar. De niños pequeños, aprendemos a reconocer estas cosas por su nombre y, al mismo tiempo, comenzamos a desarrollar asociaciones. Entonces, un ratón es una criatura pequeña y peluda que se mueve, resbala y asusta a algunas personas. Pero, ¿qué sucede cuando un ratón es en realidad un panecillo? ¿O la papa es realmente un lobo marino? Las cosas pueden disfrazarse de otras cosas y es bastante divertido. ¡Mira los ejemplos clásicos a continuación!
Fuente: 1
Cargando notas